La nueva American Airlines, que tendrá más de 100.000 empleados, y cerca de 1.000 aviones con una operación de 6.700 vuelos diarios a 336 destinos en 56 países, tiene proyectada una facturación anual de US$40.000 millones. El nuevo grupo tendría mayor movimiento de pasajeros que su competidor, la recién unificada compañía United Continental. Con el visto bueno de un tribunal de bancarrotas de Nueva York, la fusión de las aerolíneas American Airlines y US Airways tomó vuelo, sin embargo, este proceso requerirá de la autorización del Departamento de Justicia de Estados Unidos para que se dé sin contratiempos el aterrizaje de uno de los mayores grupos aéreos del mundo. De ser positivo, la nueva American Airlines se convertirá en la más grande del mundo ya que podría tener un valor cercano a los US$11.000 millones, dejando de lado a otros de sus competidores. Si bien la mayoría de las aerolíneas salen fortalecidas de este proceso, una gran parte terminó fusionándose con sus competidores. En 2008 se dio la alianza de Delta Air Lines y Northwest, dos años más tarde se dio el anuncio de la fusión de United y Continental y el 2011 Southwest adquiere a Airtrain, lo que hace que el negocio de la aviación en Estados Unidos empiece a reducir su tamaño de opciones. La nueva American Airlines, que tendrá más de 100.000 empleados, y cerca de 1.000 aviones con una operación de 6.700 vuelos diarios a 336 destinos en 56 países tiene proyectada una facturación anual de US$40.000 millones. El nuevo grupo tendría mayor movimiento de pasajeros que su competidor, la recién unificada compañía United Continental, una de las más grandes aerolíneas del mundo. El juez del tribunal de bancarrotas de Nueva York, Sean Lean, quien ha tenido bajo su brazo la negociación de varias aerolíneas que entraron en banca rota, no solo le dio vía libre a la fusión de American y US Airways, sino que rechazó el acuerdo de compensación al que había llegado el presidente de American, Tom Horton y los accionistas de la compañía.
Si bien la mayoría de las aerolíneas salen fortalecidas de este proceso, una gran parte terminó fusionándose con sus competidores. En 2008 se dio la alianza de Delta Air Lines y Northwest, dos años más tarde se dio el anuncio de la fusión de United y Continental y el 2011 Southwest adquiere a Airtrain, lo que hace que el negocio de la aviación en Estados Unidos empiece a reducir su tamaño de opciones. La nueva American Airlines, que tendrá más de 100.000 empleados, y cerca de 1.000 aviones con una operación de 6.700 vuelos diarios a 336 destinos en 56 países tiene proyectada una facturación anual de US$40.000 millones. El nuevo grupo tendría mayor movimiento de pasajeros que su competidor, la recién unificada compañía United Continental, una de las más grandes aerolíneas del mundo. El juez del tribunal de bancarrotas de Nueva York, Sean Lean, quien ha tenido bajo su brazo la negociación de varias aerolíneas que entraron en banca rota, no solo le dio vía libre a la fusión de American y US Airways, sino que rechazó el acuerdo de compensación al que había llegado el presidente de American, Tom Horton y los accionistas de la compañía. Horton había negociado llevarse una indemnización de 20 millones de dólares en efectivo y acciones de la compañía una vez abandonara la nueva firma, así como billetes de avión en primera clase de por vida para él y su esposa, según detalla la prensa estadounidense. Las dos aerolíneas anunciaron en un comunicado de prensa que el proceso deberá estar consolidándose en el tercer trimestre de 2013. autor ELESPECTADOR.COM |